30.8.06

Artículo

«Estamos dando espectáculo», dice el director de un equipo ciclista en La 2 poco antes de empezar el ascenso a La Covatilla. «Estás dando el espectáculo», dice alguien a alguien en un programa paralelo de otra cadena por la que paso durante los anuncios. Apunte: de cómo el artículo no sólo determina sino que en ocasiones sobredetermina al sustantivo en el llamado sintagma nominal.

27.8.06

Limerick

Se extraña César Aira de que en la abundantísima correspondencia de Edward Lear, adicto al «limerick», que escribía unas 30 cartas cada día antes del desayuno, no haya ninguna mención a Lewis Carrol, en cuyas 98.721 cartas, por otra parte, tampoco aparece nunca el nombre de Edward Lear, cuando, según Aira, tenían tantas cosas (literarias y victorianas) en común. «Curioso silencio, que podría responder a celos o rivalidad», escribe y conjetura, aunque enseguida añade: «pero no parece una explicación suficiente, pues no hay nada más locuaz que los celos o la rivalidad» («Edward Lear», Beatriz Viterbo Editora, p. 165, cursivas mías).

[EJERCICIO]
Dos autores había en Inglaterra
Que poblaron de epístolas la tierra
Mas nunca se nombraron
En lo que epistolaron
Estos incongruentes autores de Inglaterra.

26.8.06

De pulchritudine

Naturalmente, cuando del disgusto estético que producen ciertos escritores, músicos, cineastas, etcétera, se hace «cuestión personal», la persona se sobrepone a la estética y, en tales casos (que son muchos, porque el sujeto disfruta anteponiéndose al objeto: secuelas de una perversión gramatical tradicionalmente antropocéntrica), el «querer tener razón» se impone por todos los medios a la «razón», el «vencer» se impone al «convencer»: el «yo» contra la muchedumbre o el rebaño, esa masa amorfa que consume industria cultural. Es mal camino para establecer principios, si es que, en asuntos de estética «atque de pulchritudine», tiene que haber principios universales y críticas del juicio.

23.8.06

Danger

Cita Citati frases de un Flaubert tardío y solitario: «No espero de la vida más que un rimero de hojas de papel para emborronar de negro, para ir a no sé dónde. Y yo mismo soy el desierto, el viajero y el camello»; «La búsqueda de frases nos hace olvidar la añoranza de las cosas y, poco a poco, la vida pasa», etcétera (Pietro Citati, «El mal absoluto», Galaxia Gutenberg, pp. 355-356). Como se ve, o eso al menos pretende Citati que se vea, la literatura es oficio de grave riesgo espiritual, propenso a la insatisfacción y a la melancolía.

20.8.06

Furores

Dos furores de la posmodernidad, tan retóricos y recurrentes como insoportables: el furor gastronómico y el furor meteorológico. Oh tiempo y tiempos. No es lo malo la sustancia (recuérdese a Gongora: «Ande yo caliente / y ríase la gente», «quiero más una morcilla / que en el asador reviente», etcétera), sino el discurso, la meteogastrología ontológica y sus apóstoles.

15.8.06

O Tejo

Rural desasosiego en la familia comentando un poema de Pessoa: y es que el Tajo es el río de nuestra aldea.

11.8.06

Pasarela

Cada año me sorprende menos y me regocija más el estivalismo indumentario for men: tan atildado, tan costumbrista, tan elocuente. Salgo, pues, a la plaza, avanzo por la calle del Sol, voy, en fin, bajo los soportales, sin otro objetivo que la contemplación del desfile: pantalón corto safari, calcetines blancos, sandalias o mocasines, camisa clara o polo ejecutivo, etcétera. ¡Qué estampas!

5.8.06

y doctrina

La roma moral.

4.8.06

Religión

Sólo dio ídolos.