25.2.10

Solapa

A. Q. (madrid, mil novecientos
cincuenta y tantos)
escribió poemas desdichados
(porque era desdichado)
que ahora se leen, se aplauden,
que consuelan,
son materia de análisis,
verso a verso, palabra por palabra,
alégrate, le dicen, has triunfado,
te siguen tus discípulos,
el éxito es el éxito, es la gloria,
una cáscara amarga,
coronas de laurel,
las voces del vacío,
la triste letanía rutinaria
que desgrana de noche,
al cabo sólo quiso
huir de la desdicha
y a cualquier otra dádiva
propicia de los dioses
hubiera preferido
no ser tan desdichado,
pero fue desdichado
y escribió (y aun escribe)
poemas desdichados
y sigue siendo todavía
desdichado.

18.2.10

Supernativo

—Yo nací en Plasencia —dice— ¡de toda la vida!

10.2.10

Disparemia

Ojos que no ven corazón
que no siente desdichados son.

9.2.10

Cuestión

—Si el narrador es omnisciente —dice— ¿por qué no lo cuenta todo?

6.2.10

Carrrrusel

«¡Gooooooool!», acaba de vocear con entusiasmo interminable y lánguido un locutor deportivo en váyase a saber qué frecuencia inmodulable del dial: «Hemos pasado del uno cero al cero uno», añade con euforia. ¡Prodigioooso! ¡El milagro de los goles y los peces!