25.1.11

Hermenéutica

Comoquiera que, a causa de mis esporádicas coplillas florentinas, han surgido, además de diversas réplicas con rima o ripio, curiosas y perversas interpretaciones intertextuales sobre la enseguidilla anterior, hasta el punto, por ejemplo, de aventurar que con H se aludía a Higuaín y con B a Benzema, lo que planteaba un siniestro enigma sobre la identidad de Fabio estos, Fabio, ay dolor, que ves ahora campos de soledad, mustio collado, prisiones son do el ambicioso muere, me he visto en la necesidad de enviar a los afiliados unos versejos que se hacen ahora públicos.


«Por cierto, ¿quién es Fabio?», y hace un guiño
como quien reconoce el ritornelo.
¡Chi lo sa! Con profundo desconsuelo
advertiréis que Fabio no es Mourinho
y que tampoco Fabio es, ay, Capello.

20.1.11

Enseguidilla

Palos nos dan, ay, Fabio,
en partes varias:
zumba por H el sabio,
por B los parias.

7.1.11

Sea, pues: 111

«Por afición, por aflicción», escribí alguna vez. Por afición, porque es inclinación, necesidad, perseverancia y distracción. Por aflicción, porque sólo el dolor y sus numerosas circunstancias proporcionan suficiente materia literaria in hac lachrymarum valle. En la afición se centra la relación con el lenguaje, que es, cuanto más intensa, más grata y divertida. La aflicción obliga, en cambio, a la búsqueda del sentido, si es que algún sentido tienen las desventuras de los hombres. Y, en fin, como antídoto contra el sinsentido y las sinrazones de la trama, tal vez también para no caer en las vanidades de la trascendencia, el virtuoso ejercicio de un séptimo sentido: el sentimiento del humor.