6.5.05

«Mis asesinos»

«No puedo afirmar que el Gobierno haya estado detrás del plan para liquidarme, sólo sé que alguien les dijo a mis asesinos que los servicios secretos de España estaban detrás», declara Severo Moto, o sea, dice, en presente, y lo dice vivo: «Mis asesinos». Pero, como para ser asesino hay que asesinar, el posesivo «mis» sólo puede determinar al sustantivo «asesinos» de dos formas: o en espectro, como el padre de Hamlet, refiriéndose al pasado, o, hacia el futuro, cuando se tiene la certeza de que los (todavía no) asesinos van a pasar de la potencia al acto y de que hay un plazo al acecho. No parece ser el caso de Moto: sus asesinos no lo asesinaron ni lo asesinarán. Hay, pues, en ese «mis asesinos» una triple perversión: moral, política y lingüística.