Prensa
Abro el periódico con mono, por la dosis de ayer, y percibo de pronto nueva música, «Europa se prepara para un nuevo calvario», ¡un alejandrino!, exclamo, titular, página 2, paso a página 3, «Italia pone en marcha los ajustes…», me detengo, ¡endecasílabo!, estoy a punto de exclamar, la métrica del año nuevo, el regreso de Belarmino y Apolonio, pero reparo un poco en la semántica, en la ‘detonación’ de las palabras, y veo que no, que sigue la vieja prosa con su eurorritmo retórico, su déficit porcentual, su producto interior bruto. No hay perfección posible.
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