P/Q métrico
Oyendo a los afortunados del ‘niño’ me entretengo en el
enunciado de un principio métrico sin saber muy bien —qué plazo marca «un», qué plazo «algún»— si optar por los endecasílabos (P) o, puesto que la acentuación
hace a veces el resto, por la seguidilla (Q):
P.
No pierdo la esperanza de que un día
me toque a mí también la lotería.
me toque a mí también la lotería.
Q.
No pierdo la esperanza
de que algún día
me toque a mí también
la lotería.
de que algún día
me toque a mí también
la lotería.
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