28.5.06

Nihil novum

«...en cuanto comprobé por el catálogo de Zumstein el valor de alguno de los sellos, supe de inmediato que ya no iba a necesitar cubrir mi habitación con billetes de cien coronas, que aunque empapelara con billetes de cien los techos, el vestíbulo, el cuarto de baño y hasta la cocina, toda la casa empapelada con los rectánculos verdes de los billetes de cien coronas, nada de ello podría equipararse a la cantidad que un día obtendría por estos sellos, sólo por cuatro de ellos, según Zumstein, recibiría tanto que sería millonario, y así calculé para mis adentors cómo un día...» (Bohumil Hrabal, «Yo que he servido al rey de Inglaterra»).