O tempus!
«Un libro nunca comienza por la primera línea ni acaba con la última. [...] Un libro comienza siempre antes de haber empezado o después de haber terminado, siempre va adelantado o retrasado con respecto a sí mismo», escribe el filósofo José Luis Pardo en «La regla del juego» (Galaxia Gutemberg, 2004, p. 13). «Al fin y al cabo, el viaje no empieza cuando nos ponemos en ruta ni acaba cuando alcanzamos el destino. En realidad empieza mucho antes y prácticamente no se acaba nunca...», escribe el periodista Ryszard Kapuściński en «Viajes con Heródoto», Anagrama, 2006, p. 94). Dentro de la desventurada dimensión temporal del hombre, nos consuela, como se ve, cierta idea o noción de elástica, aunque limitada, eternidad. De hecho, se escriben libros, se emprenden viajes.
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