Beatus ille
Beatus ille qui procul negotiis pueda pasar un solo, un único día, sin que le resuene en los oídos o le arañe en los ojos, hora a hora, página a página, en todas las ondas y todas las prensas, como el ritornelo de un papagayo atragantado o como el eterno bolero de un bolero revés, la aviesa determinación de unas siglas no tan seculares: Precio Político, Precio Político, Precio Político…
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