13.12.08

kleist

CONSIDERACIONES SOBRE EL CURSO DEL MUNDO

Gente hay que se representa las épocas del progreso educativo de una nación en un orden harto peregrino. Se figuran que un pueblo yace primero abatido en barbarie y salvajismo; que después de algún tiempo, se siente la necesidad de un mejoramiento de las costumbres, y para ello tiene que ser formulada la ciencia de la virtud; que para que los profesores de la misma hallen acceso a ella, se piensa en hacerla encarnar en bellos ejemplos, y por ello se inventa la estética; que a partir de entonces se elaboran hermosas representaciones de acuerdo con los preceptos de la misma, y con ello originase el arte; y que por último el pueblo, por medio del arte, es elevado al más alto nivel de cultura humana. Entérese esa gente de que todo -al menos entre los griegos y los romanos- sucedió en orden inverso. Estos pueblos se estrenaron con la época heroica, que sin lugar a dudas es la más alta que puede alcanzarse; cuando ya no tenían héroes en ninguna virtud cívica ni humana, los inventaron como figuras artísticas; cuando ya no eran capaces de crear arte, inventaron las reglas para ello; cuando ya se hacían un lío con las reglas, abstrajeron la sabiduría universal misma; y cuando hubieron cumplido lo anterior, se corrompieron por completo.

Heinrich von Kleist, Sobre el teatro de marionetas y otros ensayos de arte y filosofía, Hiperión, 2005, pp. 49-50 (un apunte que me hubiera gustado escribir)