Ejercicios de responsabilidad
Unos a otros se piden o se exigen un ejercicio de responsabilidad o se echan en cara no hacer un ejercicio de responsabilidad o declaran con contundencia que hacen lo que hacen en un claro ejercicio de responsabilidad, lo que me lleva a pensar que no estamos ante «responsables en ejercicio», dicho sea en el sentido en que se dice de alguien que ejerce la medicina o la abogacía que es médico o abogado en ejercicio, de profesión, esto es, que no estamos ante responsables profesionales, responsables de oficio, responsables en todo trance y situación, sino ante empecinados postadolescentes, una extraña modalidad de aprendices, al parecer perezosos, que, al modo como los estudiantes hacen ejercicios de traducción y demás actividades académicas, tienen que hacer (pero no hacen) ejercicios de responsabilidad, ejercicios que, como esos eternos opositores que se atrancan en el teórico, en el práctico o en cualquier otro paso del proceso selectivo, no aprueban, nunca aprueban, por más que no haya tribunal que firme el libro escolar ni notario que certifique tamaña negligencia.
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