28.10.10

Elogio del libro de ocasión

Ayer compré tu historia
de poeta y hermano,
¡y con dedicatoria!,
en la cuesta Moyano.

La cruda situación
que nos abruma y crece
te enterró en el montón
de la caseta trece.

Y allí estabas, dormido,
despojo de rebajas,
sacrificio perdido
pro reyes de baraja,

con algún subrayado,
con la cubierta rota,
sin cuna y destinado
a una muda derrota,

con un doble valor:
dar tu lenguaje al humo
del ajeno desprecio
y aportar el dolor
al mundo del consumo
de tu segundo precio.