Hermenéutica
Comoquiera que, a causa de mis esporádicas coplillas florentinas, han surgido, además de diversas réplicas con rima o ripio, curiosas y perversas interpretaciones intertextuales sobre la enseguidilla anterior, hasta el punto, por ejemplo, de aventurar que con H se aludía a Higuaín y con B a Benzema, lo que planteaba un siniestro enigma sobre la identidad de Fabio —estos, Fabio, ay dolor, que ves ahora campos de soledad, mustio collado, prisiones son do el ambicioso muere—, me he visto en la necesidad de enviar a los afiliados unos versejos que se hacen ahora públicos.
«Por cierto, ¿quién es Fabio?», y hace un guiño
como quien reconoce el ritornelo.
¡Chi lo sa! Con profundo desconsuelo
advertiréis que Fabio no es Mourinho
y que tampoco Fabio es, ay, Capello.
«Por cierto, ¿quién es Fabio?», y hace un guiño
como quien reconoce el ritornelo.
¡Chi lo sa! Con profundo desconsuelo
advertiréis que Fabio no es Mourinho
y que tampoco Fabio es, ay, Capello.
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