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Hago tiempo por la mañana en la librería El Quijote (qué otra cosa puede hacerse en un tan lluvioso y ventisquero sansilvestre), veo sobre el mostrador varios ejemplares de una edición de bolsillo de ‘Industrias y andanzas de Alfanhuí’, lo abro —un mero abrir por abrir— y sin apenas reparar en ello vengo a advertir una anomalía, a saber: «© Rafael Sánchez Ferlosio, 1961, 1938». Recalco: 1938. Sin embargo, como fervoroso militante de la ferlosía, no siento extrañeza alguna. Es más, creo que ese 1938 en los estertores de este 2010 no tiene otro objetivo —caprichos de los dioses, que se entretienen con sus industrias y a nuestras ‘andanzas’ nos condenan— que hacerme recordar que yo mismo tengo un ejemplar de ‘Industrias y andanzas de Alfanhuí’ traducido por Leandro Fernández de Moratín, de lo que, como corresponde, doy fe. Feliz año.
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