Rebundancia
Justo al rato de oír en la radio una vez más el recurrente sonsonete de que la real academia de la lengua dice ‘guion’, ‘solo’ y ‘truhan’, encuentro una perla escolar con los mejores y más sutiles destellos de la analogía. Atención, señores: ¡rebundancia! La imaginación adolescente que ha visto «bundancia» en la «abundancia» y, de ahí, pues, «rebundancia» (a/bundancia, re/bundancia: por prefijos que no sea) en el mucho abundamiento y ruido de la ortodoxa «redundancia», no sólo ha seguido su propia y sensata deriva morfológica, sino que se ha situado muy por encima de todo canon, de todo manual, de todo drae. ¡En hora buena! Emocionado ante el vocablo, he decidido valorar positivamente una descripción, breve y precisa, del chestoberol.
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