9.2.06

De amicitia

La frase «Somos amigos personales desde hace tiempo» parece una actualización inocua del clásico «Somos viejos amigos», pero no lo es, porque «viejos amigos» connota una larga complicidad que no incluye «desde hace tiempo» y porque «amigos personales», dada la imposibilidad de contar con amigos impersonales, es una negación subterránea de la anunciada amistad, de modo que, como suelen ser hombres públicos quienes utilizan la expresión, cabrá hablar de mera camaradería política, afinidad ideológica, interés autobiográfico, azares cortesanos en definitiva. Si, además, al engañoso «Somos amigos personales desde hace tiempo» se añade «y lo vamos a seguir siendo», en la medida en que todo ejercicio de voluntad en los afectos es pura sinrazón que a la razón se hace, el emisor del enunciado no sólo degrada la palabra «amistad» y reduce su contenido a la pura proclamación, sino que divulga con arrogancia subconsciente dos certezas: que se trata de una «amistad» desigual y a quién corresponde el rango de «amigo» inferior.