Pasarela
Cada año me sorprende menos y me regocija más el estivalismo indumentario for men: tan atildado, tan costumbrista, tan elocuente. Salgo, pues, a la plaza, avanzo por la calle del Sol, voy, en fin, bajo los soportales, sin otro objetivo que la contemplación del desfile: pantalón corto safari, calcetines blancos, sandalias o mocasines, camisa clara o polo ejecutivo, etcétera. ¡Qué estampas!
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