Impecable
En ocasiones, afirmar de algo (de la edición de un libro, por ejemplo, del catálogo de una exposición, de una intervención policial, de un debate plenario, de la organización de un magno o parvo acontecimiento, etcétera) que es o ha sido impecable encierra una verdad dolorosa y extrema, pues es o ha sido, en efecto, impecable: no porque no haya pecas, pegas, pecados o ‘peccata polluta’, sino porque no caben más.
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