Incipit
Siendo yo chico, entonces, y pequeño,
en un pueblo sin luz ni bibliotecas,
con niñas que se hacían sus muñecas
y críos que corrían con empeño
tras un balón de trapo, tuve un sueño:
soñé que era un chaval lleno de pecas
que en el estío de las tardes secas
era el héroe de un western extremeño.
Pero un otoño, cuando vino el frío
a anunciar los rigores del invierno,
de pronto descubrí un juego mejor
en el regalo que me trajo un tío:
fue la sexta aventura de Guillermo,
el gran Guillermo Brown, conquistador.
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