16.8.12

Metáfora y mentira

«Hablo metafóricamente», dice el personaje público —«permitidme que omita aquí su nombre / con saber que fue así debe bastaros»— y la disculpa es un anticipo de la mentira, venia de la mentira, cuando, como debe saberse, metáfora y mentira son términos opuestos. La mentira es una contravención de la realidad, una falsificación de los hechos, un fraude lingüístico. La metáfora, por el contrario, arranca de la insuficiencia del lenguaje o cuando menos, si no de la insuficiencia del significado, sí de la insuficiencia de las palabras para reflejar en su significado la conexión entre la realidad y el sujeto. Cierto es que cuando las metáforas se desgastan o bien se incorporan al léxico común o bien se convierten en tópicos, a menudo mero plástico ornamental en el vacío. (Debería seguir, me digo, pero, en fin, baste el apunte.)