31.5.05

Dinosaurios

Frente al célebre y celebrado dinosaurio que convierte a Monterroso en inventor del relato breve, brevísimo, hiperbreve o microrrelato, y se alza como definición esquiva y paradigma mayor del género (de hecho, los microrrelatores colocan junto al ordenador la estatuilla de una hipótesis jurásica), siempre he preferido el «Cuento de horror», de Juan José Arreola, que dice sólo: «La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones». Figura en alguno de sus confabularios personales.