Síndrome de Babel
«Yo soy yo y mis lecturas», puede parafrasearse razonablemente el ortegajo (no sé quién reconocía que el setenta o el ochenta por ciento de su experiencia provenía de los libros). Hay, sin embargo, un algo de claudicación y de adolescente fanatismo en muchos literatos postborgianos que reducen la máxima y la escritura a una renuncia: «Yo soy mis lecturas». Suprimido el yo, sobran las lecturas y sobra todo. Al fin y al cabo, Borges imponía el «yo» de Borges (incluso el de Pierre Menard) a las lecturas. Los postborgianos a los que me refiero no son, con frecuencia, más que un catálogo.
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