28.5.09

Versoku insomne


no sé por qué
tengo la idea
de que es café
¡maldita sea!


tengo la idea
de que es café

¡maldita sea!

no sé por qué


de que es café
¡maldita sea!

no sé por qué

tengo la idea


¡maldita sea!
no sé por qué

tengo la idea

de que es café


no sé por qué
tengo la idea
¡maldita sea!
de que es café


tengo la idea
no sé por qué

de que es café

¡maldita sea!


de que es café
¡maldita sea!

tengo la idea

no sé por qué


¡maldita sea!
de que es café

no sé por qué

tengo la idea


no sé por qué
¡maldita sea!
tengo la idea
de que es café


tengo la idea
de que es café
no sé por qué

¡maldita sea!


de que es café
tengo la idea

¡maldita sea!

no sé por qué


maldita sea!
no sé por qué

de que es café

tengo la idea


no sé por qué
¡maldita sea!
de que es café
tengo la idea


tengo la idea

no sé por qué
¡maldita sea!
de que es café


de que es café
tengo la idea
no sé por qué
¡maldita sea!


¡maldita sea!
de que es café
tengo la idea
no sé por qué

23.5.09

Soneto

Es media noche y un soneto ensayo:
no es nada fácil, yo no soy poeta,
no viene a socorrerme el mes de mayo
ni me consuela, Lope, tu receta.

Procuro, pues, un quiebro isabelino
ante una inspiración tan torpe y parca
a ver si acaso es este el buen camino
para dejar la senda de Petrarca.

Pero también, ay, Fabio, aquí me pierdo,
me equivoco, tropiezo, cambio el paso
y oigo el eco lejano, dulce acuerdo,
dolorido sentir, de Garcilaso

Permitidme, por tanto, que concluya
en triste requiem más que en aleluya.

16.5.09

Fábula

«Por Zeus», suplicó Bucéfalo, pero Cerbero calló.

10.5.09

De la conjugación o el fomento de la lectura

Ellos le lleron.

5.5.09

Serpentier

Insondable fascinación la de una lengua que, incluso en la mayor de las inexperiencias literarias, esto es, sin haber leído una sola página del autor en cuestión, ni haber explorado los laberintos de sus sintaxis, ni haberse extraviado en la exuberante espesura de una masa verbal compacta con guarnición de guiones y paréntesis, sin tener noción alguna, en definitiva, de pasos perdidos, siglo de las luces, recursos metódicos o filarmonía barroca, permite que el alumno, en el trance mnemotécnico de un ejercicio escrito, hable, con innegable acierto bautismal y fortuna retórica, del novelista cubano Alejo Serpentier.

3.5.09

Mph3

La vida ya no es canto,
es furia auricularia:
me acuesto y me levanto
con fauna tertularia.