28.11.06

Dicroísmo

Clamó el guerrero aguerrido: «Que me dejen en paz».

24.11.06

Primaces

Como que aprecio yo contradicción o paradoja en que, declarándose «católicos» y «ecuménicos» (palabras estas dos, como bien se sabe, de distinta etimología, pero de igual significado: «universal»), vengan también a declararse preocupados por la España «Una» los hispanos prelados, a no ser, me digo, que se trate de la inercia del reino del báculo y la mitra o de alguna grande y libre variante de obispos «in pártibus infidélium».

22.11.06

Arrrumbambero

Llevo en el coche un disco titulado «The soul of black Perú», algunas de cuyas canciones, como «Samba Malato» y «Toro Mata», que canta Lucila Campos, son especialmente reiterativas y pegadizas y enloquecedoras. Y el caso es que hoy, después de leer los periódicos regionales, se me ha metido en la cabeza el estribillo de «Toro Mata» y no deja de taladrarme la musiquilla, aunque, para mayor locura y más tonto aturdimiento, supongo que por un acto más reflejo que solidario, en lugar de «Toro mata, ahí, toro mata», canto para mí, en silencio obsesivo, «Concejala, ahí, concejala».

20.11.06

Estilema

Someto al tercer grado a un experto lector para ver si le suena el siguiente párrafo: «Al principio estos ruidos importunaban al escritor, como importuna una sensación de conjunto, la bárbara irrupción de una murga, el vocerío de una feria; pero así que fijó su atención en el hecho de que la calle era bulliciosa, infernalmente estrepitosa, notó con angustia que cada ruido se destacaba de los demás y se precisaba y definía, obstruyéndole el cerebro y no permitiéndole tornear un solo verso. Los tranvías le pasaban por las sienes; los coches rodaban sobre su tímpano…». Ahí me detengo, como si fuera innecesario dar más pistas. Y, en efecto, el reo, cual aprendiz de enólogo que paladea la calidad de las palabras y su grado de maduración, responde sin apenas vacilar: «Juan José Millás». No es mala respuesta, ciertamente, aunque se trate de un cuento de Emilia Pardo Bazán (título: «El ruido»). De donde se vuelve a deducir que las «patentes de estilo» pueden ser, y a menudo son, retroactivas y que antes hay crianza que reserva.

19.11.06

Dominical

Agrupo en dos categorías a los personajes que encuentro por la calle en mañanas soleadas de domingo: litúrgicos y atléticos. Los primeros visten indumentaria de fiesta de guardar y día del Señor (existe un verbo «endomingar»); los segundos son chandalianos. Ambos velan por su salud, los feligreses por la del alma y los sudadores (yóguines, fútines, pádeles, tréquines) por la del cuerpo. Se reparten el cultivo del espíritu y el músculo, el mérito celestial y la prevención coronaria. El domingo es el gran día sanitario. A mediodía un aperitivo. Todo está bien, todo está mal: el país, el mundo y la razón; no hay mejor abecé para la caña con vermú. Y por la tarde, carrusel. Confirmado, completamente confirmado. Gol de Maniche.

Barbara

De figuris generalibus syllogismi et de ipsarum modis et regulis.- a) Dejó primero la nieve de ser blanca, la noche dejó de ser oscura y el agua dejó de ser corriente y pura y cristalina. b) Dejó después la nieve de ser nieve, la noche de ser noche y el agua de ser agua. c) Ergo, la guerre de Troie n’aura pas lieu, la guerre du Golfe n’a pas eu lieu y ¿quién dices que dice que hubo alguna vez alguna guerra civil en este paraíso (intermitente)? Quod erat demostrandum.

16.11.06

Didascalia

A propósito del valor didáctico del humor en el estudio de las matemáticas escolares, leo en el suplemento de educación de «El país» (13-11-2006): «Va el profesor y le dice a sus alumnos: en el examen de matemáticas de mañana quiero que saquéis todos una nota por encima de la media. ‘Hay gente que no se ríe porque no lo coge, y eso es que algo falla en las matemáticas, porque para hallar una nota media tiene que haber notas más altas y más bajas’. Elemental, pero ¿quién se había reído? O, bueno, ¿quién no se ha quedado con cara de circunstancias?». Me quedo perplejo, yo, y caricircunstanciado, en ese ‘hay gente que no se ríe porque no lo coge, y eso es que algo falla en las matemáticas’, porque, aunque entiendo que cada uno vaya a lo suyo, a las risueñas y divertidas e hilarantes matemáticas en este caso, no entiendo que pase por alto lo fundamental en el humor: que es el humor, naturalmente. Esto es, que no hay gracia alguna en esa ingenuidad matemática por mucho que «se coja la media». Pero parece que pasamos sobre la cosa intelectual con un «tertium non datur» inscrito en el cerebro. Yo puedo dar fe, a cambio, del alboroto escolar que se montó cuando un profesor de lengua, al hilo de «el agua - las aguas, el aula - las aulas, el arma - las armas» y otras equivalencias, pidió sustantivos femeninos que empezaran por «a» tónica y un alumno, sin el menor humor matemático y con enfebrecido entusiasmo morfológico, respondió: «¡Perdiz!».

14.11.06

Ley de Lem

Coincide la aparición de la autobiografía de Stanislaw Lem, «El castillo alto» (Funambulista), con una estadística previsible: en 2005 cerraron (o no dieron señales de vida) 900 editoriales. La novela de ciencia ficción que prefiero es «Solaris», porque la reducción del espacio exterior a lenguaje, a una forma sobrehumana de lenguaje y polisemia, es tan misteriosa como deslumbrante. Sin embargo, hay ciertos libros de Lem por los que siento predilección y que anticipaban (al fin y al cabo, lo propio de la ciencia ficción es anticiparse) estas desventuras: «Vacío perfecto», «Un valor imaginario» o, más recientemente, «Provocación», reseñas de, prólogos a o ensayos sobre libros inexistentes, es decir, libros que no han necesitado editor. No puede extrañar, por tanto, que quiebren tantas empresas editoras. Mismamente en «Provocación» se lee: «Nada excita más a los editores de hoy que un libro que no hay que leer, pero que todos deberían tener». O bien: «Como es sabido, no hay nada que los editores teman tanto como editar libros». La razón viene dada por la propia Ley de Lem: «Nadie lee nada; si lee, no comprende nada; si comprende, lo olvida enseguida». Se advierten en el enunciado claros ecos de Gorgias (que nada existe; que, si existe, no es conocible; que, si se conoce, no es comunicable), pero no estoy tan seguro de que la ley de Lem sea un mero y bienhumorado sofisma.

8.11.06

Común

Raro es el día que dejo de encontrar en artículos de opinión una definición de España como «proyecto común» (tan lejos, tan cerca y tan is different) y, comoquiera que, siempre que lo encuentro, viene escrito por alguien que arremete contra los partidos nacionalistas, o separatistas, o independentistas, o incluso terroristas (la terminología pasa proporcionalmente del grado positivo al superlativo no según la ideología del partido cuestionado, sino según la ideología del columnista en cuestión), me pregunto qué significa ya el adjetivo «común», cuánta carga semántica ha perdido en el perverso camino de la historia y quién decide, en suma, su pertinencia como complemento de «proyecto».

7.11.06

Redondilla

Y aunque la verdad os duela,
la diré: a falta de orquesta
con que amenizar la fiesta
el Madrid juega «a capella».

[A petición forofa]