27.6.10

Leo leo

Estivalia:
libros gordos
—eadem, alia—
y ojos sordos.

13.6.10

Comité

Algo le ha preguntado el padre al hijo (no he oído qué: juguetean en un parque, yo descanso en un banco en sombra) y el hijo, un vivísimo infante, ha respondido: «Comité». «No se dice ‘comité’», le ha dicho el padre, «se dice ‘vomité’». No he seguido el hilo de la conversación porque me he quedado alucinando ante el inocente ingenio (o genio) lingüístico de un niño que primero «come» y después, en innegable paralelismo lógico, biológico y filológico, «comita». Que el indefinido (o pretérito perfecto simple) de este imprevisto y perecedero «comitar» coincida con «comité», del fr. ‘comité’, y este del ingl. ‘committee’, «órgano dirigente de un partido político o de una de sus secciones» u «órgano representativo de los trabajadores de una empresa o centro de trabajo para la defensa de sus intereses», es, en lo que a la cuestión lingüística se refiere, azar secundario.