Habiendo leído primero un par de elogiosas reseñas y viendo luego el libro en la sección de novedades, no tuve más impulso que comprarlo, ayer, en El Quijote: Javier Pastor, ‘Mate jaque’, Mondadori. Con mi ejemplar en la mano, me empezaron a martillear, al derecho y al revés, los nombres comunes de título y autor: pastor, mate, jaque; jaque, mate, pastor... Y pasé el día evocando la jugada que yo mismo utilicé hace años con mísera osadía y antigua notación:
1) P4R, P4R, 2) C3AR, C3AD, 3) A4AD, C5D, 4) CxP, D4C, 5) CxPA, PxPC, 6) T1A, DxPR, 7) A2R, C6A. Y dando vueltas a la correspondencia de título, «mate», y autor, «pastor», vine a caer, por designios del azar, en el despliegue periodístico de las páginas deportivas sobre la
NBA. Tengo que ver esta noche, me dije, el concurso de mates. Lamentablemente, el sueño se
cebó conmigo antes de tiempo.