30.11.05

The sound and the fury

Aguas turbias y tiempos turbulentos: sólo flota la prevaricación verbal.

26.11.05

Fuit

«Fuit», dijo Cicerón para anunciar la ejecución de Catilina. Fue, vivió, existió: el valor del pretérito. Fue Best. Fuit. Ídolo en fútbol (yo recuerdo sus habilidades), disfrutó pasta y éxito: alcohol caro y abundante, sexo famoso y abundante... Las líneas paralelas siempre se encuentran, irremediablemente, por estar tan cercanas. Tentó a la fácil felicidad y, en consecuencia, su final fue amargo. Vivió 59 años, una edad suficiente: evitó las secuelas. No fue mejor. Peor tampoco. Eligió la cigarra, que es la envidia estadística de la hormiga (y del común de los mortales en el «sunt», escondidos del «fuerunt»). Verdaderamente, fuit

24.11.05

Cosas veredes

Estoy en un sinvivir político, perplejo, atónito y en ascuas, ¡por el amor de Dios!: ¿a qué esperan Rajoy, Zaplana y Acebes para exigir que Zapatero explique por qué aceptó fotografiarse con tan mala compañía en las Azores?

23.11.05

Blograma

Mientras leo los primeros Microgramas, no deja de sorprenderme y resultarme paradójico que la vida retirada en Herisau de Robert Walser (la sutilísima línea blanca que une a Lenz y a Hölderlin con cuantos en el mundo del silencio y la locura han sido) sea tan abundantemente glosada, divulgada, novelada y absorbida por un grafómano como Pasavento.

22.11.05

© Monzó

EN UN TIEMPO LEJANO
«He aquí que una madrugada azul, de nieves blancas y arenas infinitas y glaciares como lenguas llorosas, el homínido se alzó sobre las dos patas de atrás y bajó los ojos hacia una tierra que ahora, de golpe, le quedaba lejos y movediza, y dilató las narices y olfateó la humedad del río y se dio cuenta de que olfateaba la humedad del río, y gruñó de contento, y volvió los ojos hacia el sol rojo que nacía más allá de prados y montañas y extensiones de tierra negra y horizontes de hierba y cabalgatas de animales eternos como el tiempo, y bajó la mirada y miró con fijeza la encina y levantó el puño y alargó el dedo índice, señalando la masa vegetal que susurraba ante él, y sintió cascadas de agua en la boca, pequeños gritos inconcretos, chillidos toscos: Agr gr gr ga arg; hasta que el gruñido se convirtió en palabra y vocalizó: Ar a arb abr arb arbo l, y repitió: Árrbol, y el índice todavía señalaba la encina, hasta que lo dirigió a la inmensidad azul que se extendía de un lado al otro del día que nacía sobre su cabeza como un dios de dos dimensiones infinitas, y dijo: Ci c ce cie cielo, y lo repitió, abrió unos ojos como naranjas, todavía inseguro, y señaló el río y vocalizó: A a ag agu gb a agu ua, y sonrió satisfecho, con los ojos llenos de una alegría reluciente, y pisó el suelo con fuerza, toc-toc, y la señaló con el índice y vocalizó dificultosamente: Pa pso pacost païco pasio ta, y ya con más calma: Paaï sos ca atlanns, sonriente y jovial, sin saber la que acababa de armar» (Quim Monzó, «Ochenta y seis cuentos», Anagrama, Barcelona, 1999, p. 16).

18.11.05

IRA

Moi aussi, desde el 7 de noviembre, no hago otra cosa que lanzarme sobre toda botella de agua mineral que se pone a tiro, de tanta variedad, por cierto, como diversa procedencia, y de más que abultado número al cabo de tanta hidratación sana diaria y semanal, para combrobar que, efectivamente, ha sido analizada por el laboratorio adecuado.

17.11.05

Constatación

Sarna con gusto, en contra del refrán, sí pica: alrededor.

12.11.05

Loé / loé loé loé / loé / loé.

Vuelven los negros cuervos a graznar.

Spes

Oigo programas deportivos nocturnos que marean en las ondas una sola perdiz: Eslovaquia-Spain. Sublime conclusión: la esperanza es lo último que se pierde y lo primero que se recupera.

11.11.05

Verbalia

Ortega, cuando contempló como espectador (1910) la novela de Baroja, esbozó una curiosa (y tal vez certera) «teoría del improperio» como peculiaridad barojiana singular. No hay hoy Ortega que pueda acometer tarea equivalente. Yo vengo, humildemente, tomando notas en dos direcciones: de un lado, la furia anónima e inagotable de los nick y, de otro, muy especialmente, la también inagotable, espiral, reiterativa y viciosa adjetivación rajoyana. No doy abasto.

7.11.05

Endecasílabo

No siempre siempre significa siempre.

(Para una teoría de la consolación)

5.11.05

Va a ser que no

Que Asdfg pida un favor a Qwert, que Qwert responda: «Pues va a ser que no» y que Asdfg apruebe la gracia con una sonrisa plus se ha convertido en escena común y cotidiana. He ahí un invento publicitario de negación jocosa que, al facilitar el «no», al combinar la afabilidad del sujeto con la crudeza del mensaje, se ha multiplicado (estadística googlétrica: 115.000) en la siempre conflictiva relación de emisor y receptor. Cada época se define por sus fugaces, sumisas, cautivas muletillas.

(El hecho es por lo demás comprensible y tal vez socialmente necesario, por liberador. Se trata de una inversión del procedimiento que ha puesto de moda los aplausos en los funerales mediáticos.)

Como no podía ser, etcétera

A la aritmética y geométrica se añade en estos tiempos la progresión googlétrica: los 38.700 de la entrada de 3-9-05 han aumentado hoy hasta 118.000. Cuenta, además, la pesadumbre de haber contribuido al incremento. Y una certeza: alcanzaremos el infinito digital.

4.11.05

Walser

«Él, Robert Walser, no aprecia los intentos de escribir en dialecto: -Jamás he escrito en dialecto, con toda intención. Siempre me pareció una indecente concesión a la masa. El artista tiene que guardar las distancias respecto a ella. Ella tiene que sentir respeto por él. Tiene que ser un verdadero idiota para construir su talento sobre la idea de acercar su literatura al pueblo más que los demás. Los creadores deben sentirse básicamente obligados a pensar y actuar noblemente y aspirar a la grandeza» (Carl Seelig, «Paseos con Robert Walser», Siruela, Madrid, 2000, p. 30).

3.11.05

Coetzee

Hombre rápido lee «Hombre lento», un Coetzee al que Random House envasa ahora en tapa dura, pedestal de beséler.

2.11.05

The end

Llegará alguna vez el fin del mundo y lo estará esperando un videoaficionado.